Buenas ¿noches? ¿días? desde... ah si! SYDNEY!!! Ya hemos llegado a Sydney.
Como os escribí ayer, dejamos Hong Kong anoche para volar hasta aqui durante 8 horas nocturnas. 8 horas en las que, dicho sea de paso no hemos dormido más que dos, o menos.
El despegue, con las vistas de Hong Kong de noche entretenido. Puedes reconocer por las luces todos y cada uno de los edificios, carreteras o lugares que has visitado. La iluminación parece de mentira pero con tanta intensidad que el cielo parece no poder oscurecer por la luz artificial.

Al principio del vuelo, una impresionante tormenta nos mantuvo rectos y en posición de "cinturones apretados" durante cuatro horas de turbulencias intermitentes, tan intermitente como el cielo que casi iluminaba el interior del avión a oscuras. ¿Os podeis imaginar cómo puede verse una tormente desde arriba?. Los relampagos no se ven sino que te ciegan, puedes ver como se ilumina el cielo entero e incluso el origen del relámpago. Los truenos no se oyen, se sienten, y los rayos cubren la inmensiddad del firmamento dividiéndolo en dos partes.

Al llegar a Sydney también tuvimos la suerte de que nos presentaran la ciudad amaneciendo desde el aire con inmensas playas y la famosa opera que se distingue con claridad desde el cielo, todo ello cubierto de un color rojizo casi irreal. La paleta entera de los tonos rojizos y azulados del mejor de los impresionistas. (eso lo dejo a vuestra elección).

No sin antes fumigarnos de arriba a abajo, en todo el avión, para evitar cerditos constipados en Australia. Lo más fuerte es que, al llegar nos pasan por un control con cámaras de calor, suponemos que, entre otras cosas midiendo la temperatura y un dispositivo como para entrar en la casa del rey.
Para más inri, al llegar al control número 398778 de pasaportes, el lector no detecta el pasaporte de Martín. Nosotros asustados escuchamos: ¡Siempre los pasaportes españoles! que en la tradución española sería algo así como: ¡Español tenía que ser! Como veis un día emocionante.

La llegada y recibimiento de Sydney UN 10!!!!!!
Los australianos son la gente más simpática que hemos visto nunca, la ciudad, lo poco que hemos visto, es tranquila, como sus habitantes. Se respira felicidad. Es curioso que en una ciudad tan grande la gente vaya sin prisas, prefiera ir caminando y te sonrían por la calle a cada minuto. G´day! /gudey/ te dicen, deseandote que tengas un buen día. En lugar de hola, te preguntas si tu días está siendo feliz y te desean que el resto de la jornada vaya aún mejor, te preguntan si necesitas ayuda cuando tienes un mapa en la mano y NADIE te dice que no a una pregunta. Es increíble. Todo con la sensación de que te lo dicen porque realmente desean que tengas un buen día, y sin empachoseo ninguno. La impresión de la ciudad, la gente y el ambiente que se respira en cada rincón nos ha enamorado. Hasta que hemos llegado a la residencia... No está mal. Es vieja pero limpia. El problema es que la gente aquí está de paso. Muchos vienen para todo el año, pero otros solo están una semana o pocos meses. No son todos alumnos de EF, la escuela donde vamos y muchos de ellos ni siquiera tienen interés por conocerte así que hoy ha sido dificil integrarse pero mañana en la escuela será más fácil. Espero.
Martín tiene un compañero español, mala suerte, que también ha llegado hoy a la residencia pero ya lleva unos meses en Sydney. Y mi compañera es alemana y muy simpática pero se marcha la semana que viene así que me tocará una compañera nueva. Va a ser divertido!
De momento, eso es todo. Mañana nos levantamos a las 6 para coger el cercanías que nos lleva a la escuela. Está lejos pero bien comunicado, la zona en la que vivimos es preciosa y llena de vegetación y parquecitos con gente amable paseando a sus perros, bueno como todo Sydney.
Es genial!!
Mañana si puedo os cuento que tal el día (a no ser que ya tengamos amigos y nos ofrezcan algún plan, que hay que integrarse!!)
UN BESAZO