martes, 28 de julio de 2009

BUSCANDO A NEMO

A 30 metros de profundidad todo se ve diferente. Dentro del agua los tiburones no te asustan, con todo el equipo puesto seguramente ellos tengan más miedo. Pudimos ver uno no muy grande dentro del agua y nadar cerca de él, al salir, su hermano mayor merodeaba por los alrededores, su aleta sobresaliendo imponía un poco más de respeto.
El fondo del mar en la gran barrera de coral es precioso, y la sensación dicen que es lo más parecido a la falta de gravedad, desde luego debe serlo porque te sientes completamente libre.
El curso fue duro. Teoría y práctica desde las 5 de la mañana.
Lo peor, una hora para ponerse el traje, hasta tengo heridas en las manos.
4 inmersiones diarias y lo que eso conlleva, realmente en el barco durante tres días solo comes y buceas, casi ni duermes.
Encontré a Nemo, y a muchos de sus amigos. Tortugas gigantes, peces de todas las formas, tipos y colores... incluso algunos con colores que jamás mezclarías en una misma camiseta.
Debajo del mar si que hay arte, naturaleza en estado puro que se mezcla contigo haciendote sentir uno más, mires donde mires el mar no se acaba, y hacia arriba la sensación es como no haber nacido aún.
Lo peor de todo esto es que cualquier sitio a partir de ahora nos parecera soso. Aprendimos a bucear en la gran barrera de coral. Algunas personitas nos habían animado a saber que se siente bajo el agua, y por supuesto nos acordamos de ellos, habrían disfrutado tanto como lo hemos hecho nosotros, pero tendremos tiempo de compartir con ellos nuevos paisajes ahora que somos adventures diver, más que open water, hasta 30 metros!!!
A parte del buceo, estos días no tuvimos vida, al bajar del barco aún el suelo se movía y el cansancio no dejaba hacer mucho. Con suerte debíamos esperar 24 horas hasta coger el próximo avión así que tuvimos tiempo de disfrutar de sol y playa en Palm cove, a media hora del centro de Cairns.
El pueblo no tiene mucho que ver y las playas son de adorno llenos de avisos de cocodrilos y tiburones, pero los paseos inmensos a la orilla del mar con cesped y barbacoa te invitan a pasar el día. Eso hicimos, antes de embarcar: barbacoa de canguro y a la vuelta: playa sin tiburones (aunque solo entre banderas)

Ahora solo tenemos un día en Sydney y cambiamos playa por desierto en caravana. Tengo muchas ganas de ser un caracol durante unos días y poder llevar nuestra casita a cuestas. Solo pedimos que no siga la mala suerte que hasta ahora hemos tenido con el tiempo y podamos disfrutar en Uluru de un atardecer de esos que dicen que corta la respiración...
Sydney tiene los días contados.

lunes, 20 de julio de 2009

TELEGRAMAS Y RETALES





Esto es el puente de Londres en la gran ocean road. No os puse antes fotos de mi, pues como veis no se me vio la cara en todo el viaje.
Hoy me apetece hablaros de aquello que voy dejando por el camino cuando os cuento el día a día





Todos recordareis los incendios del año pasado que asolaron gran parte de Australia. Pudimos verlo en el pasado viaje en Grampians National Park. Es una pena ver lo que fue antes convertido en cenizas.

La semana se hizo larga pensando en el último fin de semana. Después de mes y medio casi sin poder hablar entre nosotros decidimos disfrutar solos de un finde romántico.

Las playas de Port Stephens son las más adecuadas. Playitas privadas con casas monstruosamente grandes, en general con buen gusto y asquerosamente baratas. Les sobra terreno y playa, el país es muy grande y ellos son muy pocos asi que no se pelean.

El miércoles Martín recibió clases de surf. Llegó a casa medio muerto y muy contento. Consiguió subirse a la tabla y planear una ola, con eso fue feliz el resto del día. Y no es para menos.

El tiempo fue tan bueno que planeó organizar una barbacoa para el jueves en la misma playa donde dio las clases, una cercana a Manley, de obligada visita en Sydney y a pocos minutos en ferry. Son dos los problemas para una buena barbacoa: que es invierno, y por tanto un tiempo incierto y que aqui es de noche a las 5 lo que significa frío. Así que después de un atardecer tan bonito como este, decidimos ir a casa de Natalia y Enrique, en casi la última parada de la línea del tren.



La única ventaja, además del agradable rato que pasamos, fue conocer una auténtica casa Australiana. Es cuando entendí la explicación que me daba Anita sobre lo horteras que son los Australianos. Como os conté, los terrenos son baratos pero los muebles no.

Las homestages funcionan de la siguiente manera: Las familias se ponen en contacto con EF (en este caso) y alquilan las habitaciones de sobra, a los estudiantes de otras nacionalidades. Cada uno pone sus reglas e incluye alimentación (siempre basada en arroz) o no, es elección de la familia, así como las zonas comunes aseos etc.. Cada casa, unas normas.

La mayoría de las casas estan en los barrios de las afueras, grandes casa con muchas habitaciones e infinitos colchones pero sin muebles ni calefacción.

La casa de la que os hablo es un buen ejemplo. Cual gitanos decoran el salón con todas sus pertenencias, tele de plasma y sofás de piel, sin embargo al subir las escaleras el panorama es asolador: colchones apilados tapando ventanas para evitar el frío, ausencia total de indicación de hogar, y como únicos adornos, posters de futbolistas y motos en la habitación principal de los padres. Ellos se habían ido y la casa estaba vacía.

La calefacción, agua o luz son muy caros y por supuesto esto para las familias, no es, como lo vende EF una experiencia multicultural, sino un negocio en el que el tiempo de la ducha suele estar contado.

Por otra parte, Port Stephens no es Sydney, ni se le parece. Esta imagen refleja la más tierna tranquilidad de una enamorada de Australia, quien enamoro a su marido de ella y de su país. Nos cuenta que Australia es un buen lugar para vivir y nos recomienda preciosas playas que visitar.


Además de visitar playas, hicimos un crucerito para ver delfines, ballenas, y focas. Es posible hacerlo en Sydney pero aquí era más barato y el paisaje más natural. Las ballenas: un bebé y su mamá emigraban al norte para evitar el frío, que la pequeña aun no podía soportar por su bajo peso. Aún así nos pareció enorme. Le debimos gustar porque salto jugueteando con nosotros. Dejan al pasar, un rasto sorprendente en el agua, y expulsan agua como aspersores potentes indicando al marinerito por donde seguir la ruta.
Al norte es donde vamos mañana buscando el calor. Aún nos asusta el frío del Sydney y nuestro vuelo a Cairns promete sol. Esperemos se cumpla. Aún así estaremos debajo del agua la mayor parte del tiempo aprendiendo a bucear. Volveremos con más de un título. Inglés y PADI.
Para el fin de semana alquilamos un coche, es barato y cómodo, y conducir por la izquierda no cuesta tanto como pensaba, si lo probé y no nos matamos. Pero para vuestra tranquilidad, seguirá conduciendo Martín. Es más barato si el conductor cumplió los 25, que ilusos! piensan que por eso es más responsable...
Os abandonamos unos días. El curso es de una semana, Cairns nos espera... Esto ya es un no parar, empieza la cuenta atrás.

miércoles, 15 de julio de 2009

GREAT OCEAN ROAD


Es llamada la gran carretera del océano. Es una carretera que va bordeando todo el sureste de Australia. El avión llegó al Melbourne y allí nos esperaban dos furgonetas con capacidad para 14 personas.

El viaje se planeó para 5 personas, y Martín y yo diseñamos el recorrido tal y como nos gustaba, pero la gente se apunta a un borbandeo siempre que no tenga que hacer mucho, así que pasamos de un coche a dos furgonetas. Preferimos dejarlo todo organizado para evitar complicaciones en las continuas decisiones entre 14 personas de 9 nacionalidades e infinitas preferencias.
Los backpackers elegidos y reservados y el recorrido trazado.

Por si quereis hacer el viaje por internet:

Primer dia: Llegada a Melbourne a las 8 de la mañana e inmediata recogida de algunos de los viajeros que llegaban a diferente aeropuerto, este trozito le sirvió a Martín para aprender a conducir en direccion contraria, solo conmigo a mi ladito, tranquilo y seguro.
Lo hizo genial todo el viaje a pesar de la agotadora carretera y las inclemencias del tiempo.

De un aeropuerto a otro sin ni siquiera atravesar Melbourne directos a Apollo Bay. En el camino, continuas paradas, la primera para las provisiones de comida que todo viaje mochilero se merece, (voy a aborrecer los sandwichs de queso con aguacate.)

Las maravillosas playas, ligeramente estropeadas con la lluvia y el frío esperan en cada esquina a que curiosos guarden parte del recuerdo en su cámara de fotos.

El segundo día empieza en Apollo Bay recorriendo los 12 apostoles, el puente de Londres (de piedra, claro) y demás paradisiacas playas para disfrutar en verano.

Llegamos tarde, casi a dormir, a Grampians National Parks donde te avisan del peligro de la carretera, más aún de noche cuando los canguros, atraidos por las luces de los coches se lanzan hacia ellos. Deseando que alguno se asomara sin llegar a chocarnos, y con miedo de que ningún seguro te cubriera impactos contra animales. Por algo sera.

A pesar de los 20 km por hora, ningún canguro a la vista hasta llegar al alojamiento en medio del gran parque natural donde un montón dede ellos descansaban a nuestro lado. Son diferentes a lo que estamos acostumbrados, pero tan aburridos y tan comunes aqui como las ovejas en Espana.

Nos despertamos con 10 minutos de sol que se convirtieron de nuevo en lluvia intermitente y niebla espesa.
Suponemos que las vistas desde el mirador y el "balcón" serán algo más una nube blanca porque es todo lo que pudimos ver, pero a pesar de faltarnos las vistas, el parque merece la pena.

El día siguió camino a Melbourne a donde llegamos con las luces encendidas, no merecía la pena pagar alojamiento para solo unas horas así que las gastamos conociendo Melbourne de noche y ganando 10 dólares en el casino.


lunes, 13 de julio de 2009

CANSADOS PERO CONTENTOS

Hoy solo deciros que despues de las largas y temerosas carreteras carreteras y los preciosos paisajes pasados por agua, estamos vivos.
Cuando haya dormido mas de tres horas os cuento un poquito el viaje, porque ahora no se pensar.

jueves, 9 de julio de 2009

ROAD TRIP

Dos furgonetas, 13 personas. Nos preparamos para el fin de semana en Melbourne, great ocean road, los doce apostoles, y el grampians nacional park. La esencia de España, Suiza, Francia, Corea, Turquía, Alemania, y México en un mismo viaje.

Hoy compartimos también una preciosa luna llena, que aunque se pierde entre las nubes, hace hueco entre ellas para asomarse a saludarnos.

Sigo sin conseguir que se cargue el video. Quizá es demasiado largo.

BESOS

domingo, 5 de julio de 2009

"CARMINA BURANA"

Susurros de más de 100 voces bien cerquita acariciando tus oídos in crescendo, al mismo ritmo que se erizan todo el bello de tu cuerpo.
El sonido de las voces en latín, limpias y perfectamente coordenadas aumenta el volumen hasta hacerte contener la respiración.

Los 200 dolares de diferencia se debían a las voces principales, tenor barítono y soprano, situados en la parte afortunada del público, que en momentos de la segunda parte se perdían entre la orquesta. El coro de niños, inalcanzable a nuestra vista pero igual de intenso a nuestro oído, y la inapreciable diferencia de escuchar algo más de lo debido una trompeta secundaria es la única desventaja de 200 dólares menos, lo que nos permite, quizá asistir a otro espectáculo diferente la próxima semana y no haber tenido que elegir entre los dos.

La situación era la mejor entre las baratas. Oliendo el perfume de coristas y músicos y disfrutando desde la incultura de movimientos de batuta y gestos divertidos del loco director pudimos escuchar la obra como secretos a voces. A la derecha de las privilegiadas voces y viendo al público, la parte cómica de la obra disfrutamos como enanos de las dos horas de pompis pegado al asiento. Como punto divertido una familia de rubios rosaditos que se despertaron al terminar la obra con un terrible dolor de cuello. Padre, madre y dos hijos, dormidos antes incluso del comienzo de la primera parte.
El teatro por dentro no impresiona tanto. Cuentan las lenguas de la ciudad que el arquitecto original tuvo disparidades ecónomicas con la ciudad respecto a la obra y se marchó sin terminarla dejándola a manos de otros arquitectos que finalizaron con reducido presupuesto dejando la parte interna en un desnudo hormigón con pobre y exageradamente austera decoración.
El interior se subdivide en numerosas salas siempre repletas de una ran disparidad de espectáculos. Opera, coonciertos, teatro, o musicales se reúnen a la misma hora mezclando tan distintos tipos de público.
Desde mi inocencia imaginé que el espacio sería uno solo cuan grande es la opera desde el exterior, imposible para llenar entradas en apenas uno o dos conciertos al año. Pero, hay que reconocer que así impresionaría mucho más.

Pero esto fue al final de la noche. Antes, durante el atardecer, la cara de la luna sonriendo nos abrió las puertas a un nuevo y mágico mundo. Estas en Luna Park, al otro lado del puente donde la ciudad se ve inmensamente poderosa.
No debes esperar encontrate un gran parque de atracciones, pero desde la entrada, la magia del pequeño parque te atrapa y te encandila. Las vistas desde la cara de la luna dan a una maravillosa perspectiva desde el nacimiento del puente a una iluminada Sydney con su opera a lo lejos.
Todo decorado como si te hubieras perdido en un parque de atracciones de los años 40, la música que lo ambienta, los viejos edificios y "atracciones" de madera. Inmensos toboganes con esterillas para tirarte como si de una pista de nieve se tratara. Atracciones invitando a los niños y la magia de lo antiguo para los menos pequeños.

Esto fue antes de ir a la opera, separada del parque por el inmenso puente por donde decidimos acercarnos a la ciudad en lugar de escoger el repetitivo metro de cada día. Las vistas desde el puente son igualmente impresionantes, con pequeñas lucecitas sonriendo en Sydney y la opera, de lejos, esperando recibirnos para disfrutar del concierto.

(Quería subiros el video y unas fotillos, pero he tenido problemas, mañana lo intento)
mimitos en 1000 idiomas....

viernes, 3 de julio de 2009

Que esperen las foquitas

Os escribo desde Greenwich (casa Sydney) cambiando los planes. Las focas que nos esperaban en Naroma, al sur, en un recorrido costero monísimo, tendrán que esperar dos fines de semana más porque los hombritos que nos llevan hasta ella, hombres sabios de mar, auguran temporal para mañana, lo que imposibilita partir con el barco que nos lleva hasta ellas y nadar en el agua con la tranquilidad y tontería que debe caracterizar a los animaluchos.

Así que, como alternativa totalmente contraria a nadar con focas, esta tarde hemos comprado las entradas para asistir mañana a la interpretación a manos de la sinfónica de Sydney de la obra "carmina burana", que sin duda, aunque totalmente diferente, no menos interesante. Eso sí, nuestras dudas tenemos de la visibilidad de la entrada considerando la diferencia de precios, pero, ¿No es música? Pues aunque lo que veamos sean las espaldas de los artistas, estaremos presenciando "Carmina Burana" en la gran opera house de Sydney por menos de 20 euros.
Si como buenos mochileros, no nos perdemos nada... Nos llevaremos el bocata para el intermedio, eso si, hecho con lo que nos ofrece el desayuno de la resi, que como a gañan no nos gana nadie, lo que cabe en el bolso, es para el almuerzo, que para eso somos estudiantes.

Otro de nuestros planes para el finde es ir a Luna Park, para los forofos del google earth y demás inventos se encuentra en la parada de tren de Milsons Point a dos paradas de Greenwich y se trata de un mítico parque de atracciones famoso por su entrada en forma de cara de luna. No se mucho más y mejor escribir con conocimiento así que esperare a verlo y os cuento.

Por lo demás quiza aprovechemos que el domingo es el día del museo de Sydney y la entrada es gratis para seguir comportandonos como buenos mochileros. Que bien lo estamos haciendo ehh. No os quejareis...