WHITY JAZZ

Siento el abandono en el que os habeis visto sumidos estos días por mi culpa, pero gracias a las maravillosas Blue montains he pillado un buen catarro, eso, o puede haber contribuido los cambios continuos de temperatura, y que todo el mundo a mi alrededor anda con pañuelo en la nariz.
¡Pero ya estoy de vuelta! Con unos pocos mocos pero comprobando el efecto del "panadol" el equivalente al frenadol español..

Os resumo el finde, que prometo completaré con fotitos mañana para que no os quejeis demasiado con mi retraso.. (olvidé cargar la batería de la cámara)

Las blue montains son preciosas, no pude ver el color azul del que hablan, pero aún así se ven preciosas, eso si, hace muchisimo frio, nos avisaron, pero como el día amaneció soleado no imaginamos que pudiera cambiar tanto en unos pocos kilometros, aún así, con lo friolera que soy, yo iba preparada, pero viendo mi catarro, parece que no lo suficiente.

Al terminar el día, cuando nos disponíamos a disfrutar de un maravilloso concierto de jazz en darling harbour, el cartel de bienvenida nos confirmó que la información qe teníamos era erronea. El concierto no empezaba a las 20.00 acababa a las 20.00
Un disgusto, aunque remediable, el concierto duraba todo el fin de semana y era sábado, lo que menos nos gustaba es que preferimos la noche para disfrutar de música tranquila después de un largo día. El domingo regresamos, para el ultimo pase. James Morrison tocando, entre otras, la sintonía de los picapiedra, curioso, entretenido y añorable.

El escenario en el mar con luces cambiantes y sonido inmejorable. Abierto a todo aquel que quisiera disfrutar de la música, sin barreras.
El mar, la música, Sydney de fondo, envuelto por las luces del maravilloso darling harbour... sin música adoro ese lugar, con música no querría salir de allí jamás.
El concierto acababa y sonando la última melodía desde la trompeta que abrazaba james, el cielo comenzó a explotar en mil formas y colores, estruendos de fuegos artificiales salpicando olor a polvora, completando así el goze de los cinco sentidos, destelleando colores y mezclando de forma armonicamente mágica el estruendo de los fuegos, con la caricia de la trompeta.
Con los siete sentidos a flor de piel pero el estómago vacío comimos algo (barato) y paseamos una vez más por el puerto (ahora entiendo porque darling)
El sábado fue más tranquilo y la luna estaba llena. Mañana os enseño la foto que hice para vosotros. Desde el zoo de Taronga llegando hasta allí en ferry se ve la ciudad preciosa, de fondo el puente y la opera se saludan, aunque al modo asiático, no llegan a tocarse.
La vista a la vuelta es iluminada pero hace demasido frío y sigo sin dominar mi cámara. A ver si antes del 14 que acaba el fetival de luces consigo mandaros alguna buena foto del traje de la opera.
El zoo, es solo un zoo, pero la textura de los canguros es sorprendente, al verlo parece como la de un pastor alemán, pero al acariciarlo, es suave como un gato de angora. ¡Por cierto! comen zanahorias...
A parte de eso, el cumpleaños de la reina me sirvió para dormir mi constipado y volver a las clases un poquito más sana, vuelta a la rutina con cada vez un poquito más de frío...
Creo que no me dejo nada importante, así que me voy a buscar un cola cao calentito, y a mi novio...
Por cierto! Aqui no hay colacao, ni smint y hall (caramelos) los busqué para mi garganta.. no recuerdo ahora mismo pero ya os contaré que más cosas no existen en la otra punta del mundo.

Hoy os mando achuchones que estoy mimosa..