domingo, 28 de junio de 2009

UN DÍA INTENSO



Saltamos desde un avión a 5km de altura entre nubes de algodón. Ya se a qué huelen las nubes... A libertad!
Glenn iba a mi espalda, pero después de 36 años de experiencia saltando 70 veces por semana y con la seguridad que da un padre de familia me sentía segura en "sus manos".
Aún en tierra, la preparación es el peor momento, un traje se seguridad y abrigadito para los -10ºC que hacen ahí arriba, un sinfín de cuerdas triplemente supervisadas por expertos rodean tu cuerpo, fuera pendientes y todo tipo de accesorios y zapatillas bien atadas. Una riñonera con un flotador dentro por si hubiera que aterrizar forzosamente en el mar. ¡Estamos listos! (creo)

Unas cuantas instrucciones simples: De rodillas sobre el avión y con los brazos cruzados abrazando tu cuerpo, bien pegados para evitar accidentes solo el instante del salto. Solo debes saber que cuando golpee tu hombro tres veces puedes sentirte libre.
Es el momento de montarnos en el autobus que nos lleva al aeropuerto, son solo 10 minutos pero Glenn intenta hacermelos más fáciles. Ya empiezan los nervios, y sientes que querrás repetirlo, una vez más, supervisan tus anclajes y una larga y loca conversación. Todo el que se dedique a saltar de una avión 70 veces por semana muy bien de la cabeza no debe estar, pero es un trabajo fantástico del que todos reconocen estar profundamente enamorados.

Llegamos al aeropuerto, y un avión que da más miedo que el mismo salto, nos recoge. Caben 10 personas: vamos 5, todos conocidos: Natalia, Enrique,Marion, Martín y yo. Cada uno con su instructor pegadito a la espalda, sentados sobre el suelo del avión y en fila como los niños pequeños. Vamos subiendo entre nubes. El día ha salido bueno pero hay nubes blanquitas y ya está acabando el día. Son las 4 de la tarde y aún no hemos saltado.

Se oye el aviso: 5minutos (aún se me pone la piel de gallina al escribirlo) Me siento sobre Glenn y el coloca los anclajes de nuevo. Una última supervisión y anclajes más apretados.

Sabes que están de broma pero ellos saben como ponerte aún más nerviosa... y lo consiguen bromeando, pero te sientes segura.
Esos 5 minutos son metódicos y perfectamente estructurados, los peores. Coordinación con el piloto que debe mantener el avión y rapidez en saltar. Uno detrás de otro, sin tiempo para pensar. Marion es el primero y le veo saltar. Brazos pegados al cuerpo y cabeza hacia atrás para evitar dislocarse el cuello, tiene cara de miedo pero está deseando, como buen alemán tampoco le he visto excesivamente emocionado en ningún momento.

Soy la tercera. Pensé que el peor momento sería ese, pero no te da tiempo a pensarlo. Glenn me dice: - Cristina! Disfruta del salto que nos vamos! Casi no ha terminado la frase cuando ya estamos en el aire.

La caida libre es uno de las mejores sensaciones que hemos tenido en nuestra vida. (los dos coincidimos en querer repetirlo, con alguno de vosotros)

Bajas a unos 200km por hora y el viento deforma tu cara. Unas gafas transparentes protegen tus ojos para poder verlo todo. Ves como te acercas al suelo pero en ningún momento sientes miedo, cruzas las nubes blanquitas, del blanco más puro, frías y húmedas, y cuando la dejas atrás el sol está precioso sobre el mar y custodiado por otras dos nubes.
Pero no tienes tiempo para pensar. Solo un minuto de caida libre con tu cuerpo en posición horizontal y de repente sientes una fuerte sacudida y tu cuerpo se pone en posición vertical. El paracaidas se ha abierto y ahora ya puedes disfrutar del paisaje. Son solo 5 minutos más, pero maravillosos, casi no puedes oir porque tus oidos están taponados ,pero como sigo gritando de felicidad destaponan en seguida. No me callo en todo el recorrido y pregunto cada cosa que veo. Glenn se rie conmigo y me señala lo que no puedo perderme del paisaje. Bordeamos la costa y el mar se ve precioso. Cojo las riendas del paracaidas y me enseña a ir más rápido, a hacer piruetas, libertad absoluta...

Estamos llegando y me dice que tengo que hacer para el aterrizaje. Agarro mis piernas por las rodillas, el aterrizaje es de culo, pero no duele. Sobre una gran plataforma de cesped. Soy la penúltima en llegar y no quiero que esto acabe.

Abrazo a Glenn fuerte y le doy las gracias. Me felicita: Buen trabajo y comenta las condiciones del vuelo, me ha gustado volar con él.
Voy corriendo a buscar a Martín y abrazarle. Está emocionado y gritando: -Una vez más, una vez más. Está feliz y yo con él.

Minutos después, en el tren de vuelta a casa la descarga de adrenalina nos mata. Todos dormimos. Ha sido un día largo. Tenemos fotos y videos pero aún no podemos colgarlos. Pronto..
Pero el día no acabó ahí
Días anteriores habíamos oído que se celebraba un partido importante de rugby en el estadio olimpico de Sydney. Francia contra Wallabies (Australia) Las entradas eran algo caras y no nos podíamos arriesgar a perderlas por llegar tarde del sky dive asi que no las habíamos comprado.

Aunque estabamos muertos, era una buena oportunidad para ver un evento de este tipo. Mucha gente de la resi y de EF iban a ir y el ambiente iba a ser bueno porque algunos de ellos eran franceses.
Así que una vez que estabamos en el tren y nos despertamos de siesta con ideas más claras decidimos intentarlo. Era dificil que encontraramos ya entradas pero cuando llegamos el estadio no estaba lleno. Unos americanos de vacaciones en Sydney nos escuchan hablar y nos ofrecen entradas, desconfiamos pero son 50 dolares por tres entradas y cada una cuesta 60. Las entradas tienen buena pinta y ellos parece majos así que, como buenos mochileros, decidimos arriesgarnos.


Y aquí nos veis animando a los Australianos, porque los franceses no nos regalaron unos trajes tan chulos como estos.
El partido la verdad que me dio igual y ni siquiera entendía las normas. Se pegan unos tortazos como panes pero el público es pacífico. Solo el ambiente merece la pena.
El estadio es muy grande e impresiona, pero por lo que dicen comparado con España, no es para tanto:

Toda la tropa nos volvimos a casa con los trajes puestos, fue divertido pero un día muyyy largo.







3 comentarios:

TOÑO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Cristina: El volar llbremente siempre ha sido y sigue siendo une de la cosas que tengo en mi lista de "tengo que probar". Siempre que lo he pensado he sentido que justo el momemto de tirarse al vacio seria el mas terrible, me alegro que no sea tan dificil. He disfrutado muchisimo con tu vuelo y tus gritos (me encanta gritar): Gracias.
Para otra vez, ya sabeis que si es posible yo me apunto a la lista.
El ambiente en los grandes estadios es otra de las cosas que me encanta. Me alegro muchisimo de que podais disfrutar de todo eso.
Muchismos besos y muchisimos abrazos. Os queremos

Unknown dijo...

diossssssss!!m muero de la envidia!!me encantaria volaaaaaar!!y casi casi he sentido q lo hacia mientras leia...se me ha puesto la piel de gallina!!
seguid disfrutando y retransmitiendolo...m encanta!!
os quiero muuuuuuuxo unos besitos esnoooormes